Es difícil olvidar que apenas lograba ponerse en pie de la desnutrición que tenía. Difícil olvidar su mirada pidiendo a gritos ayuda. Difícil olvidar su agradecimiento cuando lo acariciamos.
Ahora es feliz, pero solo cuando está en compañía. En el jardín nos busca con la finalidad de una caricia. En el canil se asoma seguido en busca de esa atención que nunca tuvo.
Ahora es un perro sano y totalmente recuperado para vivir en familia.
- 2 años
- Tamaño pequeño-mediano
- Sociable
Llama, pregunta, adopta: +34 692 87 19 84